lunes, 28 de diciembre de 2009

Las cosas que no hago en Navidad

AVISO A LAS AUTORIDADES

Antes que nada, expreso fielmente no encontrarme en contra de esta festividad, así como mi profundo respeto por las tradiciones cristianas, hebreas, árabes, helénicas, transgénicas y de toda religión existente sobre la tierra.
Simplemente, no estoy afín con algunos elementos característicos de esta época del año, así como confieso ser militante de otros (básicamente, comer y chupar hasta vomitar la vesícula). Como te digo una cosa, te digo la otra.
Brindes con Gatoreit o con la sangre de Cristo: ¡Salud!

Deseos piden los mediocres

A ver si queda claro: LOS DESEOS NUNCA SE CUMPLEN, ¿tamo? Sino créanme que Rampla ya sería campeón uruguayo. Es más, desear algo, automáticamente impide que se cumpla, en caso de que hubiera una ínfima posibilidad.
Por lo tanto, solo queda desear mediocridades que de todos modos se cumplirían (ej: deseo comerme un chivito para dos yo solo) o desear cosas que NO queremos que pasen, para garantizarnos que no sucedan (esto tampoco es recomendable, sino miren a Cerro en la Libertadores).
Al final, lo mejor es no desear nada y que sea lo que sea.

Se me cae un chirimbolo tener que armar el arbolito

Veamos. No tengo chimenea y Papá Noel no existe, ¿para qué carajo voy a armar el arbolito? Aparte, ¿qué me hablan del espíritu navideño si llamás al celular de Papá Noel, al número que figura en el spot publicitario de ANCEL, y te atiende un señor que te dice“¿Qué Papá Noé? Yo soy Roberto, hago fletes y agarré esta changa de hacer de Papá Noel para poder parar la olla el 24”?.
Igual mi principal motivo para no armar el arbolito está sutilmente explícito en el titular de este fragmento.

Nada de regalos

Odio comprar regalos. Me gustaría regalar si pudiera leer la mente. Así solucionaría gran parte del problema: ¿qué necesitará la persona?, ¿que talle usará?, ¿le gustará el color turquesa? ¿si le regalo un talle xl pensará que la veo gorda?, etc.
La otra parte complicada es la acción de compra. Moverme entre miles de personas que quieren ver todo, probarse todo y preguntar por todo, todo el tiempo en todos lados.
Venía zafando, con la excusa de la casa nueva y el dinero que amueblarla implica, hasta que me hicieron entrar al “Amigo invisible” en el lugar donde trabajo, el 23 a la tarde. PUTA MADRE. Por suerte la solucione fácil: imprimí una hoja que decía “de tu amigo invisible, un regalo invisible”. Listo. Zafé. Hasta el año que viene.

Y AHORA, EL MENSAJE SENTIMENTAL QUE NO PODÍA FALTAR

Gente … feliz año. Chau.

martes, 8 de diciembre de 2009

Las causas de mi muerte en Facebook

La verdad, no esperaba tanto revuelo. La gente no puede entenderlo y sigue preguntándome “¿Por qué?”, “¿Qué pasó?”, “¿Sos idiota?”. Nadie comprende cómo uno puede decidir desaparecer de la red donde todos están, donde todo está (VOLT ®).
Es por eso que he decidido brindar esta especie de comunicado, antes de que versiones blasfémicas y tendenciosas se adjudiquen mi deceso.

PERO ANTES, me gustaría narrar mis últimos instantes de vida en la red.

22:10
Inicio sesión en Facebook. Otra vez la página de inicio llena de cosas poco interesantes, de personas poco interesantes (no es nada personal, pero en algún momento me dí cuenta que mi lista de amigos estaba plagada de personas que no sólo no conozco, sino que ni siquiera tengo interacción alguna).
Nuevamente, trato de descifrar la diferencia entre las “Noticias en tiempo real” y las “Noticias” (así, a secas) y fracaso. Solo sé que la primera opción me tara la PC y la otra está menos actualizada que la cartelera de películas del Cine Ópera.

22:13
Y ahora a encontrar la opción “Cerrar mi cuenta”, porque claro, agregar a un contacto está a un click, armar la granjita a dos, pero cuando te querés borrar tenés que ser ingeniero en sistemas. La encuentro, lo pienso dos segundos y hago click. Respiré aliviado. Ya está. Ya desenchufé el cable. No, las pelotas. No podía ser tan fácil. HAY QUE LLENAR UNOS CAMPOS. Obvio.

22:17
Resulta que Mike Facebook quiere saber por qué me quiero borrar. ¿Será posible? Hasta el último aliento te quieren chupar la información personal. Otra vez frente a una disyuntiva: ¿pongo la posta o meto cualquier chuco?. Total, no me van a ver más por acá. Lo pienso unos instantes.

22:20
Me pega el moralismo y elijo la opción verdadera. Soy FIEL A MI MISMO como Tabaré Cardozo, y bebo de ese whisky aunque sea intomable. Facebook hace su último intento por convencerme, brindando una mágica solución a mi razón para borrarme. ¡Que sorete! Casi lo logra. Casi. Al final lo único que consigue es obligarme a mentir. Elijo otra opción, lo mismo, lanza otro manotazo de ahogado para que no me vaya. Y así con otra y otra y otra, hasta que (nunca más válida la redundancia), escojo la opción “otra”. Claro que si elegís esta respuesta, te piden que la detalles. Ahí completo: “Me hice adicto a la pasta base y cuando entro al Facebook me pega pal toor, ¿ok?”.

22:26
Estaba visto que tenía que haber como una “confirmación suprema”: ¿ESTÁS SEGURO QUE QUIERES CERRAR TU CUENTA? No, pelotudo, estuve 3 horas llenando formularios para no cerrarla. Listo. Ya está. Ahora si. No, obvio que no. Resulta que mi cuenta no se cierra, simplemente queda inactiva, pero toda mi información permanece a disposición de la CIA o quien corno sea que maneje esto. En fin, es lo que hay valor. Pienso que capaz que algún día se les incendian las oficinas y puedo dormir tranquilo.

22:27
Hora de defunción 22:27. Me llega un mail. Lo abro y claro, era de Facebook. NI MUERTO ME DEJAN EN PAZ. Lo leo, dice:
“Hola, Marcelo:
Ud. ha deactivado su cuenta de Facebook. Puede reactivar su cuenta en cualquier momento, al iniciar su sesión en Facebook usando su viejo correo electrónico y clave. Podrá usar el sitio de la misma manera que lo hacia antes.
Gracias,
El equipo de Facebook.”
Dale, dale … mañana lo reactivo.

22:29
Ese mail es la confirmación de que logré mi objetivo con éxito. Respiro aliviado. Ahí me doy cuenta que algo huele mal. LA REPUTISIMA MADRE QUE LO PARIO, SE ME QUEMÓ EL ARROZ. Y no tengo esponja de aluminio.