martes, 10 de noviembre de 2009

FELDMANÍA

Me llega el mailing semanal de una empresa que vende vinos (si, ya sé, están pensando que soy un borracho), pero esta vez con un asunto que dice “Ofertones para armar su arsenal de vinos al mejor estilo Feldman”. Listo. La bolilla que faltaba. Cerrá y vamos.
No me voy a poner a repasar el caso Feldman. Si no lo conocés, manejate, volvé otro día a mi BLOG. La cuestión es que, este tema justo cae en medio de una campaña política (¡Santas casualidades Batman!), por lo tanto, la oposición ya hizo leña del hombre caído, obviamente, tratando de sacar algún provecho de este hecho aparentemente fortuito.
Como para la parte política del asunto ya están los medios de comunicación tradicionales (pudriéndola con versiones tendenciosas, como de costumbre), yo me voy a dedicar a los otros oportunistas que usaron el caso Feldman para su beneficio personal (como corresponde).

REMERAS

Acusaciones a diestra y siniestra vinculando a todo el mundo con Feldman han invadido nuestro país. Para la oposición blanqui-colorada, la ecuación era bien simple: armas – guerrilla – presidenciable ex guerrillero. Como no les importa nada y ensuciar a Mujica es su única estrategia para ganar la segunda vuelta, no iban a dejar pasar esta oportunidad.
(MIERDA, DIJE QUE NO IBA A HABLAR DEL PLANO POLÍTICO)
La cuestión es que segundos detrás de los políticos en la lista de oportunismo digno de un ave de rapiña, están los vendedores ambulantes. Aunque en este caso, el fin justifica los medios, su ingenio es fundamental para poder parar la olla. Viven de eso.
En resumen, el merchandising popular tampoco tardó en sacarle provecho al asunto. Remeras con las inscripciones “Yo no tengo nada que ver con Feldman” o “Feldman son los padres”, son algunas de las que pueden conseguirse en su feria permanente de confianza.

MOVILIZACIONES EN DEFENSA DE FELDMAN

Hay marchas para todo. Ayer veía en Televisión a los motoqueros defendiendo su derecho a acceder a cascos adecuados, para poder seguir andando a 150 km/h pero darse de bomba contra algo con mayores seguridades. Y está bien, yo no critico el derecho a movilizarse por una causa que uno entiende como justa. Pero convengamos que hay gente que adora las manifestaciones.
Entonces, para satisfacer la necesidad de copar la calle por alguna razón, ya comenzaron las primeras movilizaciones de apoyo a Feldman. La consigna es: “FELDMAN HEROE PACIFISTA: se guardaba las armas para que no cayeran en manos equivocadas”. Algo de razón tienen, el tipo las tenía ahí, guardaditas, en un lugar mucho mejor que las manos de un pendejo pastabasero.

COUNTER STRIKE: FELDMAN RAMPAGE

Los niños y no tanto gozan con este juego en primera persona, que básicamente se trata de dispararle a todo lo que se mueve, utilizando una gran variedad de armas.
Era de esperar que los grandes artesanos de los PATCH en el Uruguay crearan esta versión uruguayizada del videogame.
Tiene una pantalla sola y es la casa de Feldman. Ahí el jugador se encuentra atrincherado y su misión será matar la mayor cantidad de milicos posible.
Las vidas se miden en jeringas con morfina y el juego ofrece la posibilidad de ver películas de la saga de RAMBO para matar el ocio mientras se espera la llegada de los agentes del orden.
El Feldman que todos llevamos dentro, de parabienes.

MI PROPIA VERSIÓN DE LOS HECHOS

Ya que todos hacen su propia interpretación tendenciosa del Caso Feldman, yo voy a hacer la mía. Si no les gusta, entre la mía y las de El País o Búsqueda (sin duda las más opuestas a mi pensamiento), tienen un montón para elegir. YO ACLARO QUE NO TENGO PRUEBAS.

“Había una vez un señor llamado Saúl Feldman. El tipo, en vez de coleccionar latas, estampitas o figuritas, se dedicó a coleccionar armas, explosivos y revistas tales como PLAYGUN, EXPLODING STONE y MERCENARIO. Hay gente para todo, digamos la verdad.
Cuando la situación económica lo empezó a acuciar, vió la publicidad de un conocido supermercado y se iluminó: “NARCO, es negocio”. Ahí empezó a vender algunas de sus armas (los lingotes de oro de algún lado salieron papi, es más conveniente decir que el tipo no traficaba que admitir la incapacidad de vincularlo con una organización delictiva).
Un buen día, cuando un ex guerrillero tupamaro quedó a un pasito de ser Presidente (por lo tanto, ser el JEFE de todos los militares, lo cual se siente como un dedo de Godzilla en el orificio anal para las Fuerzas Armadas), CASUALMENTE se incendió la casa de Feldman y saltó todo a la luz.

El resto es historia conocida. El tiempo dirá quién era Saúl Feldman, solo esperemos que aquellos que tanto se golpearon el pecho diciendo que había que rechazar el SI rosado para enterrar el pasado y mirar hacia adelante, no lo desentierren ahora como único recurso para dar vuelta el rumbo del Uruguay. Aunque, con una mano en el corazón, esa capacidad de darse vuelta en el aire es lo único que saben hacer bien.