DIA 2
“OJO CON LOS CUIDA-COCHES”
Es una mañana como cualquier otra. Camino por la misma vereda de todos los días, tratando de evitar al ovejero gigante que tiene como protección, el dueño del comercio de libros. Estoy tan dormido que hasta podría caminar con los ojos cerrados. Miro el celular, estoy llegando media hora tarde.
Me paro frente a la puerta y saco la llave, a mi derecha está el cuida-coches Roberto. "Buen día" me dice Roberto. Y en ese "buen día" me doy cuenta por primera vez en mucho tiempo, de lo hijo de puta que es este tipo. Su "buen día" no es un "buen día" cualquiera, no es un "buen día" que se dice tan temprano, sino que es un "buen día" teledirigido con una intención clara, cagarme el día. Acabo de descubrir que este tipo además de cuidar autos se trae algo guardado en la manga del buzo.
¡Como no me di cuenta antes! Todos los días, casi a la misma hora, el tipo está ahí, parado en la esquina, hace que toma mate, pero está esperándome con su "buen día" que ya no puede aguantar más y le va a explotar en la boca si no lo dice.
Antes de que descubriera las intenciones de este tipo, le devolvía el saludo, ahora no. Ahora entrecierro los ojos, pienso en Clint Eastwood y lo miro directamente de pesado. Roberto se ríe, se lo toma con calma.
Pese a que no lo saludo más, él sigue estando en la esquina para decirme "buen día". El sigue estando en la esquina para saber el dato que más le importa, a qué hora estoy llegando. Porque así de macanudo como se lo ve, tomando mate y saludando a los vecinos, Roberto es un tremendo botón. El miércoles pasado lo sospeche, yo salía de la panadería y Roberto estaba con los codos apoyados en el auto de mi jefe, (a quién le cobra una cuota mayor que al resto) diciendo: "hoy abrió cuarenta y cinco minutos tarde".
Lo que mas me jode de Roberto no es su condición de botón, sino que además miente, porque no eran cuarenta y cinco minutos, era media hora, los quince minutos que el cuenta yo estaba adentro, en el baño, fumando.
Por Hipólito
“OJO CON LOS CUIDA-COCHES”
Es una mañana como cualquier otra. Camino por la misma vereda de todos los días, tratando de evitar al ovejero gigante que tiene como protección, el dueño del comercio de libros. Estoy tan dormido que hasta podría caminar con los ojos cerrados. Miro el celular, estoy llegando media hora tarde.
Me paro frente a la puerta y saco la llave, a mi derecha está el cuida-coches Roberto. "Buen día" me dice Roberto. Y en ese "buen día" me doy cuenta por primera vez en mucho tiempo, de lo hijo de puta que es este tipo. Su "buen día" no es un "buen día" cualquiera, no es un "buen día" que se dice tan temprano, sino que es un "buen día" teledirigido con una intención clara, cagarme el día. Acabo de descubrir que este tipo además de cuidar autos se trae algo guardado en la manga del buzo.
¡Como no me di cuenta antes! Todos los días, casi a la misma hora, el tipo está ahí, parado en la esquina, hace que toma mate, pero está esperándome con su "buen día" que ya no puede aguantar más y le va a explotar en la boca si no lo dice.
Antes de que descubriera las intenciones de este tipo, le devolvía el saludo, ahora no. Ahora entrecierro los ojos, pienso en Clint Eastwood y lo miro directamente de pesado. Roberto se ríe, se lo toma con calma.
Pese a que no lo saludo más, él sigue estando en la esquina para decirme "buen día". El sigue estando en la esquina para saber el dato que más le importa, a qué hora estoy llegando. Porque así de macanudo como se lo ve, tomando mate y saludando a los vecinos, Roberto es un tremendo botón. El miércoles pasado lo sospeche, yo salía de la panadería y Roberto estaba con los codos apoyados en el auto de mi jefe, (a quién le cobra una cuota mayor que al resto) diciendo: "hoy abrió cuarenta y cinco minutos tarde".
Lo que mas me jode de Roberto no es su condición de botón, sino que además miente, porque no eran cuarenta y cinco minutos, era media hora, los quince minutos que el cuenta yo estaba adentro, en el baño, fumando.
Por Hipólito
1 comentario:
muy genial! :)
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