AUSPICIA ESTE ESPACIO
Zungas Zíngaros
(de los mismos dueños de mallas Zíngara)
Mi conocimiento murgueril es escueto y lo reconozco. Nunca fui la Tito Pastrana ni el gran Tuleque ... tampoco la reina de La Teja por más que me haya criado en ese hermoso barrio. Antes de mirar carnaval siempre preferí fumarme unos diablos verdes (si, estoy hablando del fassssso) o darle a la gran muñeca (si, estoy hablando de manotear la japilong).
De mi murga no les puedo decir nada, porque no tengo. Siempre me pareció medio boludo eso de hinchar por una murga. Es un conjunto de gente temible, estilo sociedad anónima. En el escenario están todos pintados, nunca te das cuenta que incluso tu vecino puede ser un murguista. Hasta esa vecina con pinta de la mojigata del barrio, puede ser una carapintada.
Con el paso del tiempo, cada vez me encontré más a contramano del carnaval. Mi inclinación a la siesta siempre es proporcional al tronar de tambores de la cuadra, y la trasnochada por tener un tablado a dos cuadras me está llevando por el mal camino. Juego póker todas las noches y ya perdí hasta los jocker´s. Voy a terminar subiendo a los ómnibus a cantar una serenata africana para pagar las deudas.
AUSPICIA EL “VAMOS AL GRANO” DEL TEXTO:
Los Carlitos, service oficial Ancel, para su nuevo celular Motorola C1080
En fin, seamos sinceros, el carnaval se terminó cuando la izquierda llegó al gobierno, ¿o no?. Porque pegarle a blancos y colorados no tiene gracia, y para pegarle al gobierno hay que hacer humor políticamente correcto. Y ahora, para peor, la yapa: el Pepe Mujica usando una Jacket´s. El tipo más querido por el pueblo, de presidente. Listo, bajen la cortina, cierren la compañía, el carnaval no existe más.
Entonces hay que abolirlo de una vez. Es el momento. Entre todos podemos lograrlo. Basta de ruidos molestos en la noche. Basta de Coco Echagüe en TV. Basta de Momosapiens, Momosexuales y Momoesto y Momolootro.
Si todos los anti-carnavaleros nos unimos, por más que los demás lo supliquen, por más que rueguen para que no se apaguen las bombitas amarillas, para que no se vaya nunca más la retirada, no nos van a detener. Se van, se van, los patos, araca la cana y todo eso. Se van. Chau. A llorar la milonga nacional.
HASTA AHORA TODO MUY LINDO, PERO …
¡LA GRAN SIETE!, SIEMPRE ALGO DEBE PASAR
Eso si, si logramos abolir el carnaval, agarrate Catalina porque la gente no se va a quedar de brazos cruzados. Van a saltar todos, especialmente los drogadictos, los curtidores de hongos ... los que se matan con queso magro porque adelgaza aunque provoque estreñimiento (cosa que nunca entendí), los que con tal de aspirar algo igual inhalan el polen de la margarita ... esos que si van al antidoping no los salva ni la colombina ni el Che.
Todos los muchachos se nos van a venir arriba. Vamos a ser los más buscados, como asaltantes con patente en plena guerra de patentes. Todavía no se sabe de lo que son capaces para recuperar el carnaval. No será fácil. Es recomendable tener los calmantes a mano. Igual, en el peor de los casos, la clave puede ser construir un parque temático para dejarlos conformes y tenerlos siempre ahí, controlados y contentitos como animales de corral. Ya se me ocurre un nombre: MOMOLANDIA. ¿Te gusta?
4 comentarios:
Es una idea muy buena si no lo hubieran hecho 20 mil grupos a lo largo de la historia del carnaval.
Te tengo en mi msn y aun me pregunto ¿por qué? Y de donde saliste.
Vaya uno a saber. Son los misterios de la vida.
Abrazo.
jajjaaj buenísimo, coincido con varias cosas, está todo bien con el carnaval y las murgas, pero no es lo mío... saludos!
Muy buen Baru.
Hay que terminar la tesis antes del mundial.
Vos tendrías que ser letrista de murgas...
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